En las conversaciones sobre género y sexualidad, a menudo se usan términos de manera intercambiable cuando en realidad describen experiencias muy distintas. Esto puede generar confusión, pero también frustración para las comunidades involucradas. Palabras como transgénero, ladyboy, queer o drag queen tienen significados únicos, moldeados por la historia, la cultura y la identidad personal. Comprender estas diferencias es clave para respetar la vida de las personas y evitar estereotipos.
Personas transgénero
Transgénero (a menudo abreviado como trans) es un término paraguas para referirse a personas cuya identidad de género no coincide con el sexo que les fue asignado al nacer. Por ejemplo, alguien asignado hombre al nacer que se identifica y vive como mujer es una mujer trans. De la misma forma, alguien asignado mujer al nacer que se identifica como hombre es un hombre trans.
Las identidades trans no tienen que ver con performance ni moda; tienen que ver con una identidad profundamente sentida y una realidad vivida. Muchas personas trans hacen una transición social (cambiar nombre, pronombres, ropa), médica (terapia hormonal, cirugías) o ambas, para alinear sus cuerpos y el reconocimiento social con su identidad de género. Es importante recordar que no todas las personas trans desean o pueden acceder a una transición médica, pero su identidad sigue siendo válida.
Las personas trans existen en todas las culturas y a lo largo de la historia. En Occidente, las conversaciones sobre derechos trans se han vuelto más visibles en las últimas décadas, aunque las comunidades trans han existido siempre. Hoy enfrentan tanto avances como retrocesos, lo que hace que la visibilidad y la comprensión precisa sean más esenciales que nunca.
Ladyboys
La palabra ladyboy es una traducción del término tailandés kathoey. Se usa ampliamente en el Sudeste Asiático, especialmente en Tailandia, para describir a personas asignadas hombres al nacer que presentan y viven con una expresión de género femenina.
Sin embargo, es fundamental entender que ladyboy no es un término neutral en todas partes. En contextos occidentales, a menudo lleva connotaciones fetichizantes o exotizantes. Muchas personas en Tailandia adoptan la identidad con orgullo, pero otras pueden considerarla irrespetuosa si se utiliza sin sensibilidad.
Kathoey históricamente se refiere a una categoría de “tercer género”, que no se alinea estrictamente con el concepto occidental de “mujer trans”. Algunas kathoeys se identifican como mujeres, otras como un tercer género y otras utilizan el término sin etiquetas estrictas. Tailandia es conocida por la visibilidad cultural de las kathoeys —en televisión, concursos de belleza y vida nocturna—, aunque la visibilidad no siempre implica igualdad plena, ya que muchas siguen enfrentando estigma y desafíos legales.
En resumen, ladyboy es una identidad cultural específica y no debe confundirse con las personas trans en general, aunque haya áreas de experiencia compartida.
Queer
A diferencia de los términos anteriores, queer no está ligado a una sola identidad o expresión de género. Es una palabra amplia y flexible que muchas personas usan para describirse si no encajan de manera estricta en categorías como “heterosexual”, “gay” o “cisgénero”.
Históricamente, queer era un insulto en inglés, utilizado para atacar a cualquiera percibido como diferente en términos de sexualidad o género. Sin embargo, desde finales del siglo XX, activistas y académicos han reclamado la palabra con orgullo. Hoy, “queer” se usa a menudo para referirse a identidades no heterosexuales o no cisgénero en general.
Para algunas personas, ser queer es una postura política: rechazar categorías rígidas y abrazar la fluidez. Para otras, es simplemente una forma cómoda de evitar etiquetas más largas como bisexual, pansexual o género no conforme. No todas las personas LGBTQ+ se sienten identificadas con el término, debido a su pasado como insulto, pero sigue siendo ampliamente usado en espacios activistas, académicos y entre jóvenes.
Así, mientras transgénero o kathoey describen experiencias de género específicas, queer es más amplio: puede abarcar identidad, sexualidad, cultura y política.
Drag queens
Una drag queen es alguien, por lo general un hombre, que se viste con ropa y maquillaje femeninos de manera exagerada como parte de un espectáculo. El drag tiene raíces en el teatro y en la cultura LGBTQ+, y se utiliza para parodiar, celebrar o jugar con la expresión de género.
A diferencia de las personas trans, las drag queens no necesariamente se identifican como mujeres en su vida cotidiana. Para muchas, el drag es un arte escénico, no una identidad de género. Algunas drag queens son hombres gay cisgénero, otras son mujeres trans que también hacen drag y otras son personas no binarias o incluso heterosexuales.
Programas como RuPaul’s Drag Race han popularizado el mundo del drag globalmente, mostrando su arte, humor y carga política. El drag funciona tanto como entretenimiento como resistencia, usando la exageración para desafiar las ideas tradicionales sobre género.
Es importante no confundir drag con identidad trans: aunque una drag queen pueda lucir femenina durante su performance, su identidad fuera del escenario puede ser muy distinta.
Diferencias clave de un vistazo
Transgénero: Identidad. Persona cuya identidad de género difiere del sexo asignado al nacer. Trata sobre quién es alguien.
Ladyboy (kathoey): Identidad cultural específica de Tailandia y el Sudeste Asiático, a veces superpuesta con mujeres trans, pero no idéntica.
Queer: Término amplio y recuperado para personas cuya orientación sexual o identidad de género está fuera de la norma heterosexual/cisgénero.
Drag queen: Rol artístico basado en una performance de feminidad exagerada. No necesariamente vinculado a la identidad de género.
Por qué estas diferencias importan
Confundir estos términos puede perpetuar estereotipos. Por ejemplo, llamar “drag queen” a una mujer trans reduce su identidad de género a una actuación, algo irrespetuoso. De la misma manera, llamar “ladyboys” a todas las mujeres trans de Asia ignora la diversidad de identidades y el peso cultural del término.
Al comprender estas diferencias, demostramos respeto por la autoidentificación de las personas y reducimos el estigma. El lenguaje evoluciona, y la mejor forma de usarlo es escuchar cómo cada individuo se describe a sí mismo.
Conclusión
El género y la sexualidad son complejos, y las palabras que usamos para describirlos tienen poder. Transgénero, ladyboy, queer y drag queen no son intercambiables; cada uno refleja historias, culturas y experiencias únicas. Reconocer estas diferencias no es solo académico: se trata de dignidad, inclusión y respeto por la diversidad humana.
Cuando dedicamos tiempo a aprender, construimos puentes entre culturas y comunidades, asegurando que todas las personas tengan el derecho de ser vistas como quienes realmente son.